domingo, 30 de agosto de 2009

Sexo el sábado noche

Hola chicos/as. Por fin tengo un rato.
Ayer, estaba sola en casa. Mi marido está de viaje como tantos otros fines de semana. Esta vez Nueva York. Y como no, he vuelto a hacer de las mías.
Quedé a cenar con unos amigos míos y de mi marido. Esta vez eran tres féminas,dos hombres (ya sabéis que no puedo decir nombres) y yo. Estuvimos cenando en un restaurante de la ciudad y tomando las correspondientes copas después. Todos menos un amigo de mi marido y yo se fueron. Yo me quedé con Juan (le llamaré así a partir de ahora). Estuvimos riéndonos y charlando. Es muy amigo de mi marido y siempre nos hemos llevado muy bien. Nunca he notado nada raro ni ha habido ningún tipo de atracción entre los dos. De hecho, es un tío que me parece bastante normal. Buena planta y muy divertido, pero muy normal físicamente hablando.
Llevábamos un buen pedo y después de tomar unas copas en un garito de moda me acercó a casa. Le pregunté si quería entrar a tomarse la última y dijo que sí. Puede parecer que me estaba insinuando pero os aseguro que nada más lejos de mi intención. De hecho, ya ha ocurrido otras ocasiones. Unas veces con mi marido y otras como esta. Con esto quiero decir, que la situación para mí y para él, era normal. Tomar una copa y punto.
Tenemos bastante confianza así que mientras el ponía un par de copas y se acomodaba en el salón, yo me fui a cambiar de ropa para estar más cómoda. Me quité mi atuendo de fiesta y me puse un pantalón de andar por casa y una camiseta. Debajo, no llevaba puesto nada. Ni sujetador, ni bragitas. Bajé entonces y nos pusimos a charlar y a tomar la copa tranquilamente.
Después de un rato pusimos la televisión para ver qué había. Más que nada para que estuviera de fondo. Y nos pusimos otra copa. Al cabo de un rato, al volver a cambiar de canal tontamente, vimos que estaban poniendo una película pornográfica. “Vaya” – dijo Juan, y nos reímos. Nos quedamos entonces los dos viendo la película durante unos segundos como si nos hubieran hipnotizado. Entonces me percaté que Juan estaba empalmado. ¡Dios mío!, sería un tipo bastante normal, pero tenía una polla considerable porque se le notaba por toda la entrepierna de una manera desproporcionada…
No sé porqué, pero me puse cachonda. Empecé a mojarme por momentos. Estaba excitada.
Juan me miró y se dio cuenta que estaba mirándole la polla. Entonces me miro las tetas y me dijo: “tienes los pezones duros Aurora” Me miré los pechos y así era. Se me trasparentaban a través de la camiseta. Entonces me avergoncé. Pero también me puse más cachonda. Os juro que tenía ganas de sacarle la polla y empezar a comérsela hasta que se corriera. Pero no podía. Era el mejor amigo de mi marido. Y una cosa es que yo sea un cerda y otra eso.
Entonces empezó a apretarse la polla mientras me miraba. Yo sabía que no debía hacer nada pero no le dije nada. Solo le miraba desde el otro lado del sillón. Me dijo: ” ¿te importa?”. Y le contesté que no. Pero que no iba a hacer nada. Supongo que me engañaba a mi misma como si no fuera nada malo y como si fuera un amigo que estaba cachondo por la película que estaban poniendo. Pero entonces se bajó los pantalones y empezó a meneársela. Primero mirando a la película pero después mirándome a mi. Yo no decía nada. Solo le miraba la enorme polla y me ponía más cachonda aun. Entonces empecé a tocarme los pechos y a apretármelos. Juan, que no paraba de tocarse lentamente me dijo que si le dejaba ver mis pechos. No dije nada y me subí la camiseta. Entonces empezó a tocarse con más fuerza. Yo me apretaba los pezones cada vez más. ¡Estaba gimiendo por un tío que no me había dicho nunca nada como persona y que era el mejor amigo de mi marido!. Ahora sí que me sentía una hija de puta muy grande, pero no podía parar…
Unos minutos después, noté como Juan se iba a correr. Se levantó y sin tocarme se puso encima mío y se corrió en mis pechos. Después de esto, dijo que nunca hablaríamos de esto y se fue avergonzado. Yo también lo estaba pero me quedé cuando él se fue, masturbándome hasta que me corrí con su lefa encima de mis tetas…
Sé que es difícil de creer. Pero si escribo este blog es para desahogarme de todas esas cosas que llevo haciendo mucho tiempo y que empiezo a ver normales.
Ahora estoy esperando a mi marido. Debe de estar al caer.
¿Se lo contaríais?
Os seguiré contando.
Aurora

No hay comentarios:

Publicar un comentario