domingo, 30 de agosto de 2009

Trio con la camarera del bar

Buenos días chicos y chicas¡¡¡
Ayer estuve en una celebración de cumpleaños de unos amigos en un bar. Mi marido, por supuesto, estaba fuera de viaje.
El caso es que en el bar, en la barra, había una camarera, que aunque yo sea mujer… estaba buenísima. Os la describo. Rubia de pelo largo, una cara muy morbosa (de cerda), alta, un buen culo con vaqueros apretados y lo que más me llamó la atención… una tetas impresionantes¡¡¡ Escotadas, con las pechugas juntas. De verdad que eran increíbles. Hasta a mí me pusieron mojada. Ese tipo de tetas (sin operar) que cualquier hombre soñaría para lo primero, hacerse una cubana con ellas.
Lo que me pasó ayer… tiene narices la verdad¡¡¡ Es una de las experiencias más cerdas de mi vida y de nuevo, no sé cómo acabé haciéndolo.
Veréis, transcurrió la noche pidiendo copas y yo cada vez me ponía más mojada viendo esas tetas. No me atraen las mujeres en general pero… esa tía tenía un punto… que me encendía. El caso es que a ella también se le veía que yo le debía poner. No paraba de mirarme y echarme miraditas. Mis amigos por supuesto, estaban como locos con ella. Todos comentaban las pedazo de tetas (muy bonitas) que tenía.
Una de las veces, le pregunté si tenía operadas las tetas. Me contestó que no. Le dije que me parecía las tetas más bonitas que había visto como mujer. Y que incluso para una mujer como yo, serían el tipo de pechos que querrías ver, disfrutar y besar. Le dije eso¡¡¡ os lo podéis creer?. Pues bien, me contestó que ella también se había fijado en mis tetas y que… no me quedaba corta. En ese momento…os prometo que parecía que me estaba deshaciendo de lo empapada que estaba…
Me dijo: ¿ese de ahí es tu amigo?. Yo miré y comprobé que no era mi amigo así que le contesté que no. Ella me dijo que porqué no la llevábamos a casa a la salida mi “no amigo” y yo. Después añadió: no me gustan las chicas en general pero… siempre puedes mirar. Después dijo: Elena, encantada.
Así que eso hice. me acerqué al chico aquel y le conté la papeleta. Primero, evidentemente no me creyó. Supongo que no se habría visto en otra en su vida, pero por supuesto, estuvo esperando a la salida y al final nos llevó a casa de Elena a las dos.
Cuando llegamos allí… Elena nos puso una copa y nos dijo, ¿os gustan mis tetas no?. Entonces se quitó el top que llevaba y después el sujetador. Dios mío¡¡¡ eran preciosas, grandes, cachondas, de pezones morenos de tamaño medio. Empezó a tocárselas y se acercó a nosotros que estábamos en el sillón sentados. Nos cogió una mano a cada uno y nos las plantó en sus tetas… Yo por mi parte la apreté e intenté palparla todo lo que pude. Observé al chico que había venido con nosotros. Tenía una gran polla que se le notaba perfectamente por debajo de los pantalones blancos de lino que llevaba puestos. Eso fue el remate final… ya estaba cachondísima.
Mientras Elena se quitaba sus vaqueros y se quedaba en culot rojo… yo hice lo mismo. Me quedé totalmente desnuda. No quería tonterías y me sentía muy cerda. Muy salida. Vergonzosa pero… erea precisamente lo que me ponía.
Entonces Elena, se acercó al tío le bajó los pantalones y los calzones y empezó a chupársela sin decir nada. El tío tenía una polla enorme. creedme. Enorme. LArga y gruesa. Elena, mientras se la chupaba, decía: Así que te gustan mis tetas eh… Aurora?. Yo le decía que sí mientras me acariciaba el clítoris abierta de piernas en el sillón.
El chico le tocaba las tetas mientras Elena se la mamaba. Elena le dijo al chico que se pegara a mi y a mi coño. Entonces yo ya no sabía qué hacer de lo cachonda que me puse. Tenía mi coño cerca, muy cerca de su polla mientras Elena se la chupaba y se la machacaba con fuerza. Además Elena me tocaba las tetas mientras. El chico se corrió cuando Elena empezó a menearsela con mucha fuerza y rapidez, llegando toda la corrida a mi coño y a mi tripa.
Yo no paraba de tocarme cada vez más deprisa. Debí correrme 3 veces seguidas con la situación tan morbosa. Después de esto, Elena se tumbó en el sillón con sus tetas y abierta de piernas y preguntó quién iba a follarla. El chico se incorporó y se puso encima de ella embistiéndola con fuerza. Yo me levanté y me puse delante de ellos de pie, masturbándome y tocándome los pechos.
Elena decía al chico que se corriera dentro de ella mientras gemía. Pero el chico no lo hizo. Sacó su polla y se corrió encima de ella por todo el cuerpo. Elena gemía. Yo me tiré a chupar la corrida y después la polla del chico. No quería que se desempalmara. Le decía que se mantuviera empalmado, que ahora tenía que follarme a mí. Me subí encima de él mirando a Elena que no paraba de tocarse mientras y pensando en sus tetas que ponían tan cachonda. También pensaba en lo que había dicho Elena de que se corriera dentro de ella y yo quería conseguirlo. Le cabalgué. El chico en un momento dado dijo que se corría, que me quitara de encima pero yo, me agarré fuerte al sillón y seguí moviéndome. Le dije: te vas a correr dentro de mí y me vas a encharcar de tu leche¡¡¡. En ese momento, noté cómo se corría y como hacía espasmos esa polla tan grande.
Elena se corrió a la vez.
Cogí el teléfono de Elena. Joder, qué tetas¡¡¡
un beso.
Aurora.

1 comentario:

  1. Dame el teléfono de Elena, jeje. El tuyo también, si es posible... ¡Ojalá!

    Qué excitación... como escribes, que bien lo cuentas, y qué morbo. No hay nada como una mujer hermosa, inteligente y pervertida. La excelencia.

    Besosss

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